Cuidado de las piedras preciosas
En este blog hablaremos de cómo mantener tus gemas radiantes y en perfecto estado siguiendo algunas pautas clave de cuidado. Te explicaremos cómo almacenar tus joyas por separado para evitar rayones, cómo protegerlas de cambios extremos de temperatura y luz solar, y por qué es importante evitar la exposición a productos químicos. También te guiaremos en los métodos de limpieza específicos para esmeraldas, rubíes, zafiros y diamantes, como el uso de agua jabonosa tibia y cuándo evitar el uso de ultrasonidos o vapor en gemas delicadas. Además, te daremos consejos para inspeccionar tus joyas regularmente y acudir a profesionales para reparaciones. Mantén el brillo de tus piedras preciosas con estos cuidados que exploraremos aquí.
Ignacio García
9/8/20245 min read
Cuida tus gemas
Para que las gemas se vean tan enérgicas y valiosas como el primer día de compra, recuerda algunas reglas básicas y sigue algunas recomendaciones específicas.
Debido a las diferentes durezas de las piedras preciosas, almacenarlas adyacentes entre sí puede provocar arañazos y pérdida de pulido. Guarda las joyas por separado y envuélvelas en tela, seda o terciopelo, lo cual es una tarea sencilla para asegurarse de que conserven su brillo y se eviten daños.
La temperatura a la que se almacenan las piedras preciosas debe permanecer constante. Las fluctuaciones extremas de temperatura pueden hacer que las piedras preciosas se rompan. Además, la exposición prolongada a la luz solar intensa puede hacer que algunas piedras preciosas de colores se desvanezcan o cambien de color. Por lo tanto, algunas joyas deben almacenarse en un lugar alejado de la luz solar directa.
No uses joyas si existe riesgo de exposición a productos químicos. Por ejemplo, no las uses durante la limpieza o durante actividades como nadar o ducharte. El cloro puede dañar las gemas y los residuos de jabón harán que las joyas se vean opacas. Además, los productos químicos en los cosméticos, la laca para el cabello y los perfumes pueden dañar las piedras preciosas, por lo que los collares o colgantes deben colocarse al final del proceso de vestirse y retirarse antes de quitarse la ropa, por precaución.
Guía de mantenimiento y limpieza de diamantes
“Diamond Longevity” es uno de los eslóganes publicitarios más famosos del mundo. Los diamantes se forman en entornos extremos, lo que resulta en una robustez increíble.
Dureza
La dureza del diamante es la más alta en la escala de Mohs, con un valor de 10. Los diamantes pueden dañar cualquier metal precioso utilizado para la incrustación. Esto significa que un diamante que esté suelto en sus garras podría desplazarse con el tiempo.
Resistencia
Independientemente de su dureza, las gemas (incluidos los diamantes) pueden romperse si se golpean con fuerza en el lugar correcto. La dureza es un indicador de la capacidad de las piedras preciosas para resistir el daño, la fragmentación o el agrietamiento.
Estabilidad
La mayor amenaza para la estabilidad de los diamantes son los cambios bruscos y extremos de temperatura. Estos cambios pueden causar choques térmicos, crear nuevas grietas o hacer que las grietas existentes se expandan.
Limpieza
Los diamantes se pueden limpiar de forma segura con un paño sin pelusa, líquido de limpieza para joyas comerciales y detergente para el hogar. No se recomiendan métodos de limpieza domésticos agresivos. Esto incluye el uso de limpiadores abrasivos en polvo, limpiadores ultrasónicos y limpiadores de vapor. Los limpiadores ultrasónicos y de vapor pueden aflojar los diamantes en sus monturas. Antes de usar dicho equipo, los profesionales de la joyería deben comprobar cuidadosamente si las gemas muestran signos de aflojamiento.
Cuidado y limpieza de la esmeralda
La dureza de la esmeralda en la escala de Mohs está entre 7,5 y 8, lo que le otorga una dureza media a buena, pero requiere más precaución que el rubí o el zafiro.
A continuación, se presentan algunos consejos para el mantenimiento y la limpieza de las esmeraldas:
1. La esmeralda es muy delicada. No la frotes con otras piedras preciosas o metales para evitar arañazos en su superficie, y evita golpes que puedan dañar sus bordes y esquinas. Si necesitas realizar trabajo físico o ejercicio extenuante, debes quitarte las joyas para evitar colisiones y grietas en la piedra.
2. Las esmeraldas de buena calidad no deben estar expuestas al aceite y al humo durante mucho tiempo. El hollín puede erosionar la superficie de la esmeralda, afectando su brillo. Por lo tanto, evita usar joyas de esmeralda al cocinar o en lugares con humo de aceite.
3. Evita exponer las esmeraldas a altas temperaturas. Algunas esmeraldas tratadas con aceite pueden mostrar defectos a altas temperaturas, por lo que es mejor quitarte las joyas antes de sumergirlas en el baño durante mucho tiempo. Además, el sobrecalentamiento puede causar grietas en la piedra o expandir defectos internos existentes, por lo que se debe tener cuidado al reparar joyas de esmeralda. Es recomendable acudir a profesionales para su reparación.
4. Se estima que el 90 % o más de las esmeraldas contienen grietas rellenas. Por ello, es peligroso limpiarlas con ultrasonidos o vapor, ya que la vibración ultrasónica puede hacer que las esmeraldas agrietadas se vuelvan más frágiles, y el vapor caliente puede derretir y expulsar la resina o grasa de las grietas. Limpiar suavemente con agua jabonosa tibia es la forma más segura de limpiar una esmeralda.
Para limpiar las esmeraldas, puedes usar agua del grifo a temperatura ambiente con cepillos suaves y desinfectante neutro para manos.
Comienza a limpiar desde la parte inferior de la joya de esmeralda para eliminar el aceite pegajoso, y verás cómo la esmeralda se vuelve más brillante poco a poco. Luego, enjuaga con agua tibia y seca con una toalla suave. La mayoría de los líquidos de limpieza de joyas no son adecuados para esmeraldas tratadas con aceite, y no se recomienda limpiarlas más de 4 veces al año.
Cuidado y limpieza del rubí y zafiro
El corindón (rubí y zafiro) es relativamente duro, con una dureza de Mohs de 9. Tiene buena resistencia y no se agrieta fácilmente. Bajo el desgaste normal, el corindón es muy estable, lo que significa que es resistente al calor, a la luz y a la mayoría de los productos químicos. Sin embargo, el polvo de ácido bórico puede corroer la superficie de las piedras preciosas no tratadas. Las piedras preciosas con grietas, agujeros o teñidas pueden dañarse con ácidos suaves, como el jugo de limón.
1. Evita las colisiones entre joyas y objetos duros o los impactos violentos de fuerzas externas. Aunque el rubí y el zafiro son muy duros, solo superados por el diamante, son relativamente frágiles y pueden romperse si se golpean o caen sobre una superficie dura.
2. Al almacenar joyas con diferentes tipos de gemas incrustadas, guárdalas por separado para evitar que se rayen entre sí.
3. Al usar joyas, revisa las piezas una vez al mes. Si hay alguna incrustación suelta, debe repararse de inmediato. En particular, hay que tener cuidado con las joyas sin bordes y con microincrustaciones. Evita grandes colisiones y, si encuentras piedras sueltas, no sigas usando la joya. Debes repararla lo antes posible para evitar que más gemas se caigan.
4. Evita el ejercicio extenuante mientras usas joyas. Si la gema se mancha con el aceite y el sudor del cuerpo, perderá su brillo.
5. Evita el contacto con sustancias corrosivas (como ácidos y álcalis) y no uses joyas en lugares con alta contaminación química (como mercurio, dióxido de azufre o sulfuro de hidrógeno) para evitar que cambien de color las incrustaciones de oro o la piedra preciosa misma.
Método de limpieza
Siempre es seguro usar agua jabonosa tibia. Los dispositivos de limpieza ultrasónicos y de vapor generalmente se pueden utilizar para limpiar piedras preciosas no tratadas, tratadas térmicamente
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